Acción social
El apostolado de la acción social se realiza a menudo en el contexto de la educación, la pastoral, las actividades sanitarias y, más particularmente, con ciertas categorías de personas, sobre todo los débiles, los oprimidos, cuyas necesidades básicas no están cubiertas. A menudo se trata de mujeres y niños.
Los niños
Las hermanas ayudan a niños en situación de riesgo: huérfanos, niños de la calle, víctimas de la guerra, niños maltratados por sus familias. Crean centros de acogida, distribuyen alimentos y ropa, y dan a estos niños la oportunidad de aprender, formarse y preparar su futuro.
La dignidad de la mujer
Para promover la dignidad de la mujer, las hermanas llevan a cabo una amplia gama de actividades, generalmente encaminadas a capacitar a las mujeres para que sean autosuficientes y ocupen su lugar en la familia y la sociedad. Formando grupos de mujeres que reciben formación y se ayudan mutuamente, aprenden a administrar el dinero y progresan en la realización de proyectos a su alcance.
Refugiados, inmigrantes y desplazados
A los refugiados y desplazados, las hermanas prestan una asistencia que varía según las circunstancias.
En varios lugares, las hermanas prestan el apoyo necesario a los inmigrantes que buscan trabajo y mejores condiciones de vida. En otros lugares, se centran en categorías de personas más o menos rechazadas por la sociedad.
Justicia y Paz
Algunas provincias tienen comités de justicia, y en otros lugares una u otra hermana participa en comisiones parroquiales o diocesanas de Justicia y Paz.
En todas partes, las hermanas se preocupan de ayudar a las personas que encuentran a progresar hacia la plenitud de la VIDA, de darles los medios para ello y de acompañarlas en este camino.